Ya no perderé el tiempo disculpándome por el abandono; todos ustedes saben que los autores de este blog lo dejamos caer en una laguna de procrastinación... So, deal with it!
El objeto de este post es admitir que me he equivocado.
Así es, yo me equivoco con frecuencia y no me molesta que me lo señalen. Por eso he querido compartir con los lectores de este blog lo siguiente:

La cuestión fue así: Ayer vi en Facebook el "nombre" de un contacto de mis contactos y me pareció que era digno de aparecer aquí, pero como estaba ocupada, solo mencioné en Twitter que la madre que eligió semejante "nombre" para su criatura probablemente sufrió mucho durante el embarazo y quiso vengarse de alguna manera. Hoy la propia agraviada me respondió que me equivoco.
Bien, no me creo en posición de poner en duda su palabra, ella es -después de su señora progenitora- la persona con más autoridad para hablar de su "nombre".
Siendo así, me comprometo públicamente a no volver a sugerir que fue una venganza. Ahora solo queda preguntarnos qué otra razón pudo haber llevado a una madre a llamar a su hija:
***ROSMAYDI***